Elena Casco y “Del Barro”: Resaltando la Alfarería Hondureña
«Una iniciativa que nació en medio de la pandemia. "Del Barro" se esfuerza por revitalizar el arte de la alfarería y crear piezas que destaquen el talento de los artesanos locales.»
Con una formación en Relaciones Públicas y Marketing por la Universidad Loyola de Chicago; Elena Casco, fundadora de "Del Barro", destaca como una emprendedora hondureña que actualmente ha convertido su pasión por el diseño y el arte en un proyecto que busca transformar y potenciar la alfarería hondureña. Hemos conversado con ella para conocer más sobre su emprendimiento y visión.
¿De dónde nace tu interés por la alfarería local y cómo surgió la iniciativa de "Del Barro"?
Yo quería un jarrón que vi en internet, pero era muy caro. Entonces un día al visitar la finca de un amigo en Comayagua, en plena pandemia, por casualidades de la vida conocí a Isael, Cristóbal, Jorge y Nelson, artesanos del área. Platicando con ellos les comenté sobre ciertas ideas que tenía y les di la tarea de hacerme un jarrón. Cuando regrese y vi lo que habían hecho ¡quede fascinada! Fue ahí en ese momento cuando algo hizo “click” en mí y además viendo como estaba todo a nuestro alrededor decidí que este iba a ser mi camino y que quería hacer algo que también los beneficiaría a ellos porque en ese momento nadie llegaba a comprarles y el país estaba cerrado por la pandemia.
Rápidamente empecé a hacer viajes al taller para empaparme de ese arte que tristemente se está extinguiendo en el país. La alfarería es un oficio heredado, el hijo ve al padre y él decide seguir sus pasos, con la globalización cada día hay menos alfareros, a las nuevas generaciones que crecen con tecnología ya no les llama la atención trabajar el barro.
Así fue como nació mi admiración por este oficio y cada etapa de su proceso, todas igual de importantes. Al ir aprendiendo y viendo lo difícil que es preparar la arcilla, el trabajo físico de cada jornada, la creación de cada pieza a mano y por último la quema, para mí era fascinante, me siento orgullosísima de ellos y de su trabajo. Fue así como nació Del Barro, los primeros meses fueron muy tediosos debido a la pandemia, pero poco a poco íbamos creando piezas y formando una conexión con los artesanos.
¿Cuéntanos un poco sobre los y las artistas alfareras detrás de Del Barro?
Los artesanos y artesanas de Del Barro son talentosos Hondureños que mantienen vivo un oficio que heredaron de sus papás y abuelos. En Comayagua fue donde todo comenzó todo ahí conocía a Isael, Cristóbal, Jorge y a Nelson los artesanos con los que comencé a trabajar.
Luego empecé a buscar alfareros de diferentes regiones y que trabajaran diferentes estilos y técnicas. Fue así como di con Doña Julia y Domitila en La Arada, municipio de Goascorán en el Departamento de Valle. Ellas son madres solteras luchadoras que se dedican a la alfarería lenca que es muy común en todo el oriente y sur del país. Actualmente estamos en conversaciones e intercambio de ideas con alfareras en La Campa, Lempira. Tengo mi primer viaje programado a ese lugar en un par días (mediados de octubre 2021). Cerca de Tegucigalpa hemos trabajado con personas de Santa Ana.
Quiero que a través de "Del Barro" estas comunidades vuelvan a estar en el radar de la gente, que más personas se animen a buscar artesanías y de esa manera no solo ayudamos al artesano sino a la comunidad que con cada día, que más gente llegue, se vaya activando la economía local.
¿Cómo ha sido la respuesta del público hondureño hacía Del Barro?
Muy buena, orgánicamente hemos ido creciendo y cada día nos compran más nuestras artesanías. Mi parte favorita es cuando un cliente o un amigo me manda una foto de una pieza de barro o de porcelana y nos dicen “pensé en ustedes” o “para inspiración” eso solo me enorgullece porque me hace pensar que nuestra misión de educar a nuestros seguidores que el barro es un arte, ¡está funcionando! Cada día la gente está más pendiente del producto artesanal.
¿Cómo ha sido tu experiencia al trabajar con los alfareros locales?
Muy buena son personas que han confiado en mí y hemos logrado crear una relación de trabajo muy buena y de mucha confianza. Son Alfareros habilidosos, y sobre todo muy trabajadores. Los admiro por seguir apostándole a un mercado que es un nicho pequeño e incierto algunas veces, pero ahí están ellos haciendo y quemando piezas todos los días sin saber si alguien las vaya a apreciar o no. Son personas determinadas a seguir adelante y mantener este oficio.
¿Cuáles fueron algunos de las dificultades que encontraste al iniciar este emprendimiento?
Dificultades he tenido un par, más que todo por logística de llegar a cada lugar, muchas veces me encuentro con que los alfareros al ver un diseño automáticamente dicen “no puedo” sin haberlo intentado, es ahí donde me toca persuadirlos para convencerlos a intentar, al comienzo sentía que no me tomaban en serio no sé si porque otras personas en el pasado les han quedado mal, pero me costó que me tuvieran confianza y poder de esa manera entablar una relación laboral.
¿Cuáles son tus metas y planes a futuro para Del Barro?
A corto plazo: seguir introduciendo la marca a nivel nacional, crear contenido y productos originales que le permita a mi clientela comprar más de una vez. Seguir recalcando, documentando y enseñando al mercado local sobre la alfarería y el proceso que lleva cada pieza.
A mediano plazo: encontrar la manera de hacer más envíos a nivel nacional. Llegar a lugares como Olancho y La Ceiba que actualmente se me dificulta por problemas que he tenido con las compañías de envíos, ya que debido al manejo de nuestras piezas a veces llegan quebradas al cliente.
Viajar más a lo interno y trabajar con artesanos de otras zonas del país como los Lencas y poder utilizar sus técnicas y nuestros diseños para crear piezas únicas y poder resaltar la belleza y el talento que tenemos el país.
A largo plazo: poder exportar mis artesanías al extranjero, llevar las piezas de Del Barro a Estados Unidos que es un mercado con mayor poder adquisitivo, donde lo hecho a mano es apreciado y donde el trabajo en arcilla es considerado un arte. De esta manera poder brindarle una sensación de orgullo a nuestros artesanos y que vean que su trabajo es apreciado y que es algo digno con mucho valor.
Antes de terminar, ¿Algún mensaje que te gustaría dejarle a nuestros lectores locales y extranjeros?
Honduras es un país cinco estrellas con mucha diversidad, cultura, historia, y arte. Tenemos mucho que aportar, culturalmente, a un extranjero que quiera venir a visitar nuestro país. Anímense que Honduras en una joya de centroamericana y tiene mucho que enseñarles.
Sigue a Del Barro en su cuenta de Instagram: @Del_Barro
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